El popular juego de cartas de las familias introduce una actividad de clasificación que ayuda a observar la ordenación del fondo y a identificar el tema de un libro a partir de su título, su índice o los dibujos que lo ilustran. La necesidad de realizar búsque das en el catálogo, con el fin de localizar determinados libros, completa esta actividad de organización bibliotecaria.
Para comenzar, se prepara con cartulina una baraja de 40 cartas en blanco. Las tarjetas se dividen en grupos o familias, que corresponden a los grandes bloques en que está clasificado el fondo de la biblioteca. Pueden establecerse tantas familias como apartados hay en la clasificación (hasta 10), pero el juego resulta más sencillo y ágil si los bloques se reducen a cuatro.
Ejemplo:
Conocimiento del medio, matemáticas e informática
Arte, música y manualidades
Deportes y juegos
Cuentos y obras literarias.
Estos apartados se identifican mediante un símbolo dibujado en el reverso de cada carta.
Los alumnos se organizan en pequeños grupos.
Se reparten los naipes, de forma que cada equipo recibe una carta por apartado. La propuesta se desarrolla en dos fases:
Diseño de las cartas: Se trata de localizar un libro de cada familia y dibujar su portada en la carta correspondiente. Una vez terminadas las cartas y devueltos los libros a las estanterías, se juntan todas y se barajan.
Juego de búsqueda: Por turnos, cada equipo saca un naipe sobre la mesa, sin descubrir el revés (la familia). El objetivo es localizar el libro en la biblioteca y adivinar a qué apartado pertenece. Si la carta descubierta es una de las que el propio grupo ha diseñado, se reserva para al equipo siguiente, mientras éste escoge otra tarjeta.
EN: BIBLIOTECA Y APRENDIZAJE AUTÓNOMO
Guía didáctica para descubrir, comprender
y aprovechar los recursos documentales
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