Ya sé que eres muy viejo, que has cumplido varios miles de años.
Sé que tu corazón anda por todas partes, mil millones de
veces repartido en cientos de miles de bibliotecas.
Ya sé que te han prohibido muchas veces y quemado otras tantas.
Pero te quiero como si hubieras nacido ayer, como si fueras sólo mio,
y como si tu salvación dependiera de mí.
¡Y cómo no quererte, cuando he vivido tanto de tu l
uz y tu sombra, cuando he soñado tantas veces contigo entre las manos, cuando, gracias a ti, he escapado al dolor y he podido enfrentarme a la injusticia,
cuando has acabado por convertirte en toda mi memoria, y, lo que es aún mejor, en toda la memoria de mi especie!
Por eso puedo sentir que te amé desde niño y que te amaré siempre.
Por eso puedo gritar que eres la mejor herramienta de
mi libertad y de la libertad de todos.
Reconozco que debo parecer exaltado, admito que la gente se sonría al oír estas cosas...,
Pero así somos los enamorados.
De verdad que no puedo avergonzarme, sino estar orgulloso,
de esas noches en vela pasadas a tu lado...
De ese temblor, emocionado, cada vez que te descubro... De la pena de perderte y la alegría de reencontrarte, y hasta de la ansiedad que me consume si no te tengo a mano.
Confieso que me ciega la pasión si digo que, de tanto como han hecho los hombres, eres tú lo mejor y lo más grande, libro mío, amor mío...
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