Vía: Lectura Lab
"Cuando estamos buscando una obra para representarla con niños y jóvenes podemos optar por elegirla entre la oferta de obras de teatro concebidas para este público y disponible en el mercado actual, o bien recrear una historia, propuesta que tiene un interés especial en el marco del trabajo con la lectura y la escritura.
Tanto en la elección de una obra de teatro como en la de otro tipo de historia, atenderemos en primer lugar a criterios de calidad y adecuación al lector aplicables a la selección de cualquier otro material de lectura.
Si elegimos una obra de teatro…
· Claridad en el planteamiento, que el conflicto se exponga desde el primer acto y se perciba en los momentos clave de la historia para que el lector/espectador participe de la intriga y encuentre sentido al desarrollo.
· Que los personajes sean coherentes en sus acciones con su construcción física y psíquica y sean consistentes las relaciones que establecen entre ellos.
· Que los diálogos sean ingeniosos y ágiles, y con registros adecuados a cada personaje.
· Que en el desenlace se aten todos los cabos, se desvelen los enigmas y queden contestados todos los interrogantes planteados en el transcurso de la obra.
· Que la solución del conflicto no sea fácil y superficial, que sea creíble y lógica para que la obra en su conjunto no pierda fuerza dramática.
· Es especialmente importante que tanto las acotaciones sobre las acciones o los diálogos de los personajes, el contexto y el atrezzo, así como las instrucciones y recomendaciones para el montaje estén bien expuestas y resulten aclaratorias para el público al que se dirigen. Si elegimos otro tipo de obras…
· Optar por historias conocidas, lo cual permite obviar algunos aspectos sin perder el hilo argumental o su esencia; es el caso de de los cuentos populares, las leyendas, los mitos…
· Tener en cuenta aquellas que ofrezcan informaciones de especial interés a la hora de la puesta en escena: descripciones detalladas de personajes y/o escenarios o bien ilustraciones en las que aparezcan representados, textos en forma de diálogos… como, por ejemplo, los álbumes o los libros ilustrados; también los cómics.
· No olvidar las obras en las que la sonoridad del texto adquiere una importancia especial y que pueden dar mucho juego a la hora de su lectura en voz alta, así como facilitar su memorización: poemas, canciones…
· Considerar la recreación o adaptación de propuestas audiovisuales que tienen un gran atractivo, como los videoclips musicales con un hilo argumental, las películas (largometrajes y
cortometrajes); también los tráileres…"
No hay comentarios:
Publicar un comentario