El cómic como apoyo a la literatura infantil y juvenil en la iniciación y el fomento de la lectura (I)
La literatura infantil y juvenil es, sin lugar a dudas, el primer y principal camino para desarrollar el hábito de la lectura en el niño. Sin embargo, en pocas ocasiones pensamos que, como apoyo a ese proceso de iniciación, un papel similar puede llevarlo a cabo sin ningún problema el cómic.
Aunque en la literatura especializada sobre el tema suele ser un punto al que se recurre de forma puntual prestándosele una atención muy minoritaria, el mundo de la historieta no encuentra, excepto en contadas ocasiones, un lugar regular desde el cual exponer sus producciones.
El cómic, por su propia naturaleza, es probablemente junto con el cuento ilustrado una de las mejores vías para que el niño se inicie tempranamente en el hábito de la lectura. Pero no podemos pretender que sea el camino principal. Gracias a la conjunción perfecta de textos e imágenes se pueden desarrollar las habilidades necesarias para que el niño potencie "dos areas expresivas fundamentales: la del lenguaje y la de la expresión plástica" (Aller). Como primer acercamiento a la lectura, se convierte en un medio realmente atractivo debido sobre todo a la fuerza de su parte gráfica, aunque sin olvidar el componente narrativo ya que también es importante prestar atención a la narración que se nos cuenta. Por otra parte, no es menos cierto que la parte textual suele ser más ligera que en la literatura convencional, con lo que el esfuerzo intelectual y de concentración que el niño debe realizar es menor.
El cómic, por su propia naturaleza, es probablemente junto con el cuento ilustrado una de las mejores vías para que el niño se inicie tempranamente en el hábito de la lectura. Pero no podemos pretender que sea el camino principal. Gracias a la conjunción perfecta de textos e imágenes se pueden desarrollar las habilidades necesarias para que el niño potencie "dos areas expresivas fundamentales: la del lenguaje y la de la expresión plástica" (Aller). Como primer acercamiento a la lectura, se convierte en un medio realmente atractivo debido sobre todo a la fuerza de su parte gráfica, aunque sin olvidar el componente narrativo ya que también es importante prestar atención a la narración que se nos cuenta. Por otra parte, no es menos cierto que la parte textual suele ser más ligera que en la literatura convencional, con lo que el esfuerzo intelectual y de concentración que el niño debe realizar es menor.
Sin embargo, por diversas razones desde el ámbito de la educación y de la cultura se la ha dado la espalda, olvidándose frecuentemente de la presencia del cómic y continuamente es necesario volver una otra vez a recordar cuáles son sus valores, en lo que es sin duda una situación donde los prejuicios prevalecen sobre una realidad incontestable: el cómic es probablemente, en una gran mayoría de casos, la primera lectura del niño. Desde luego no compartimos la idea manifestada en la web de una de las personas más influyentes en el mundo de la comunicación como J. A. Millán que comenta así cuál fue su rección al descubrir a su hijo con un cómic de Mortadelo:
"Hago un alto para decir que no tengo nada contra los tebeos.. O sí: es muy posible que hayan servido y sirvan constantemente como portillo de entrada a la Ciudadela de la Lectura; pero, en su mayoría, son muy malos. Quiero decir: aquellos que mis hijos leían con más fruición, o sea: Mortadelo y Filemón. Cada vez que les veía seguir con regocijo las aventura del chino Ten-Go-Pis (protagonista de El premio No-Vel) me daba algo... Era como descubrir una maquinaria compleja (¡la mente de un niño!) y costosa (en siete años de crianza los padres han venido a invertir unos cuatro millones y medio de pesetas) dedicada a tareas menores, a tareas que cualquier artefacto mucho más barato habría podido cumplir..."
Seguramente una opinión como ésta, por supuesto respetable, se basa, sin lugar a dudas, en el desconocimiento por completo de lo que el cómic puede ofrecer, de ahí comentarios tan despectivos y que, viniendo de quien viene, pueden provocar mucho daño. Seguramente la visión personal sesgada que tiene Millán de los cómics le impide saber que el chino Ten-Go-Pis aparece en una aventura de Mortadelo y Filemón que pertenece a la época en la que su creador, Francisco Ibáñez, mantenía un litigio con la editorial que en su día tenía los derechos de publicación, la cual aprovechaba el trabajo de otros creadores para, imitando toscamente el estilo del auténtico autor, seguir con la publicación de títulos de la colección, pero con unos resultados de calidad ínfimos.
"Hago un alto para decir que no tengo nada contra los tebeos.. O sí: es muy posible que hayan servido y sirvan constantemente como portillo de entrada a la Ciudadela de la Lectura; pero, en su mayoría, son muy malos. Quiero decir: aquellos que mis hijos leían con más fruición, o sea: Mortadelo y Filemón. Cada vez que les veía seguir con regocijo las aventura del chino Ten-Go-Pis (protagonista de El premio No-Vel) me daba algo... Era como descubrir una maquinaria compleja (¡la mente de un niño!) y costosa (en siete años de crianza los padres han venido a invertir unos cuatro millones y medio de pesetas) dedicada a tareas menores, a tareas que cualquier artefacto mucho más barato habría podido cumplir..."
Seguramente una opinión como ésta, por supuesto respetable, se basa, sin lugar a dudas, en el desconocimiento por completo de lo que el cómic puede ofrecer, de ahí comentarios tan despectivos y que, viniendo de quien viene, pueden provocar mucho daño. Seguramente la visión personal sesgada que tiene Millán de los cómics le impide saber que el chino Ten-Go-Pis aparece en una aventura de Mortadelo y Filemón que pertenece a la época en la que su creador, Francisco Ibáñez, mantenía un litigio con la editorial que en su día tenía los derechos de publicación, la cual aprovechaba el trabajo de otros creadores para, imitando toscamente el estilo del auténtico autor, seguir con la publicación de títulos de la colección, pero con unos resultados de calidad ínfimos.
No podemos pretender que la primera lectura de un niño o un adolescente, como ha ocurrido durante décadas en nuestro sistema educativo, sean obras que sin duda tienen una gran calidad literaria, pero que no son todo lo adecuadas que deberían serlo para ciertas edades. Es cierto que con los métodos tradicionales podemos ganar un nuevo lector, pero no lo es menos que corremos el riesgo de que muchos niños, ante la obligatoriedad de leer obras que le son completamente indiferentes, le puedan provocar el hastío hacia un hábito que se le está intentando imponer. Ya habrá tiempo para que, cuando sea más adecuado, se descubran las bondades de las obras de Cervantes, Delibes, Machado, de Cela o de cualquier otro autor de nuestra rica historia literaria tanto nacional como internacional.
Desde luego lo que hay que tener muy en cuenta es que una cosa no impide la otra: no es incompatible la lectura de cómics con la de otro tipo de obras literarias; pero sí es cierto es que una cosa puede llevar a la otra, complementándose en la formación cultural de una persona. Tampoco compartimos, por tanto, el famoso eslogan del franquismo que decía: "Donde hoy hay un cómic mañana habrá un libro", en el sentido de que uno sustituye al otro. Hay que comprender que en una misma estanteria, por qué no, hay sitio para todos los gustos y que cuanto más llena esté de material de lectura mucho mejor.
leer mas en : http://www.absysnet.com/recursos/comics/t10iniciacion1.html
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